PEAGROSEMANA 25.05 Competir y resistir… con calidad

Asistimos la semana pasada a otro desajuste entre lo macro y lo micro. La Agencia Efe titulaba con contundencia: “La economía agrícola española se dispara un 8,5 % en 2024 y es la que más crece”. Resaltaba que este crecimiento superaba en más de cinco puntos el crecimiento general de la economía.

Sin embargo, en las puertas de la oficina de la Comisión Europea en Madrid se concentraban los apicultores españoles (en otros países, también), que llevan años sin poder contribuir mucho a ese crecimiento del PIB porque las importaciones, sobre todo de China, desde donde también viene la avispa que amenaza sus colmenas, no les dejan levantar cabeza.

Las cooperativas dicen que el 46 % de estas importaciones no cumplen la normativa comunitaria, porque, más que miel, lo que atraviesa la muga europea son jarabes, siropes dulzones enmascarados con aditivos y colorantes. Bazofia baratera para un público desinformado, vaya.

Como no es la primera vez que se nos dice esto y no solo en este sector, habrá que empezar a peguntarse quién nos engaña. Si son los funcionarios de esta Europa que se enfrenta a su hora de la verdad, habrá que ir contra ellos o sus jefes, porque es difícil pensar que simplemente sean unos tontos muy tontos; si su función es mirar para otro lado, nos los podemos ahorrar, que no son precisamente baratos.

Ahora bien, cabe la posibilidad, si no en este caso sí en otros, de que quienes representan a los productores estén demasiado acostumbrados a echarse en brazos del «enemigo forano», que lo de largar balones fuera para no hacer los deberes propios es, asimismo, tontería habitual. En este caso, también habría que mandarlos a casa, porque su inacción es todavía más cara.

Hay que denunciar menos ante la televisión y más en los tribunales, que para eso están, aunque sean lentos. Hasta el todopoderoso Reino de Marruecos ha tenido que doblar la rodilla ante el TJUE, apréndase la lección.

A los medios hay que salir, sobre todo, a educar, porque si los consumidores somos tan tontos que no distinguimos una miel de abeja de un sirope barato, hay mucho tajo formativo por delante. Y seguro que muchos nos podemos permitir los pocos céntimos de diferencia que la cucharada diaria supone.

A la competitividad se llega por muchos caminos. El más fácil, al menos en apariencia, es poner barreras comerciales a los ¿colegas? de otros países. Defender a muerte el prestigio, por ejemplo, de las denominaciones de origen, es otro. Tener un buen nombre, una buena fama, es una de las principales herramientas para ser competitivo, pero ahí hay que picar mucho y no parar de hacerlo. Así es como el Rioja llegará a celebrar este 2025 su centenario. Nos enteraremos bien en la próxima gala de los Goya.

Digo esto porque el comisario Hansen acaba de hablar con los ministros de Agricultura sobre competitividad y resistencia. Estas parecen ser sus inspiraciones para los próximos cinco años. Las primeras tomas de contacto suelen ser importantes para marcar terreno y, sobre todo, diferencia. Para que los demás (los ministros, el sector…) vean que tienes ideas, energía y ganas de cambiar las cosas. El nuevo mandamás, sin embargo, ha decidido mantenerse en la desgastada retórica habitual (la brújula de Von der Leyen obliga, sí, pero por qué descuidar la propia impronta). Él sabrá, pero un servidor lleva trasladando mensajes sobre competitividad y resistencia desde que inició su carrera hace bastantes lustros y son dos conceptos que llegan poco al corazoncito del personal.

No obstante, dejémosle trabajar y esperemos que la competitividad se sustancie, entre otras cosas, en un impulso de las indicaciones geográficas protegidas, que no están libres de problemas ni de piratería, como se puso de manifiesto la semana pasada en su tercer congreso, pero siguen siendo el puntal de un negocio de 75 000 millones de euros.

Cuando te imitan y te piratean es que eres bueno y hasta el más tonto de los consumidores lo sabe. Tan es así, que el término “denominación de origen” ya se usa más como metáfora de la excelencia en cualquier ámbito de actividad que como marca de calidad en el suyo propio. ¿Habrá herramienta más poderosa?

Puede que fallemos en muchas cosas, seguro, pero en la UE somos buenos creando marcas. Tiremos por ahí, que las marcas fuertes compiten y resisten. Y hagámosle una a los apicultores, no tiene que ser muy difícil a tenor de las calidades que se enfrentan. Trabajen ellos en esto, una vez hechas las denuncias oportunas (ante la tele y los tribunales). Y endulcemos el PIB también con miel de la buena.

La semana que viene hablaremos de la Estrategia Nacional de Alimentación, que se presenta este jueves y, quizá, por todo lo alto. Aunque el MAPA no ha soltado prenda, se dice que lo hará el presidente del Gobierno y puede que algo de cierto haya en la habladuría, porque en la convocatoria ministerial no se dice “Planas presentará”, sino “Planas intervendrá en la presentación”. Puede que sea una pista… o puede que sea una simple formalidad protocolaria, pronto lo veremos.

Feliz peagrosemana.

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2 comentarios en “PEAGROSEMANA 25.05 Competir y resistir… con calidad”

  1. José Manuel

    Podríamos extender al tema a otros productos, por ejemplo espárragos, alcachofas, etc. Me gusta lo de que menos TV y más tribunales.
    Un saludo.

    1. Los tribunales son lentos, complejos y de resultado incierto. Es normal que no sea la primera opción, pero llega un momento en que es, casi, la única. Los medios tienen efectos propagandísticos inmediatos y sirven para liberar tensiones, pero solucionan, en general, poco. Y cuando lo hacen es también a largo plazo, tras una estrategia de comunicación que exige mucha paciencia, constancia y energía. Gracias por tu comentario.

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