Innagrotables es un nombre sugerente, un buen juego de palabras que une en un solo y atractivo vocablo conceptos como innovación, agricultura y energía duradera o voluntad inquebrantable. Un acierto comunicativo que da señas de identidad a un recién nacido foro de carácter agrario.
No sé si habrá sido por esa capacidad para sugerir que tras él hay contenidos de interés o porque ya tocaba, pero el caso es que hemos asistido a la celebración del Foro Innagrotables. Lo de que ya tocaba lo digo porque, aunque se trataba de la primera edición de este evento (en Peagro nos gustan los eventos), lo cierto es que la cita se ha inventado para arropar una entrega de premios ya veterana, los que anualmente otorga Editorial Agrícola Española, la decana del ramo en nuestro país. Nunca había estado en ella y… ya tocaba.
No sé cómo han sido las anteriores, pero la creación del foro me parece otra gran idea de comunicación: una forma de dar relevancia al acto, de enriquecer su contenido y de convertirlo, con sencillez, pero con eficacia, en una cita más prometedora que una simple entrega de premios.
Diríase que innagrotables es un ejemplo de economía circular comunicativa. Si producimos un evento y esta actividad nos deja, por decirlo así, un subproducto, ¿por qué no aprovechar este para producir otra cosa o mejorar el proceso inicial?
Si se me permite la extravagancia, en una entrega de premios el subproducto podría ser la sala y los medios técnicos, que tienen un coste que no siempre se puede optimizar; también podrían ser los premiados, en general gente o entidades de valía a los que se hurta o reduce la posibilidad de ofrecer un discurso; e incluso el público, que en estos casos suele estar entregado a la causa (no solo a los canapés) y agradece, o más bien merece, que su esfuerzo sea compensado con contenidos de valor que trasciendan la mera entrega de los galardones.
Seguramente Editorial Agrícola ha recorrido un camino algo distinto al que yo describo antes de parir este Foro Innagrotables, pero no se puede negar que, puestos a gastar en recursos de todo tipo y a comprometer a personas, aprovechar la inversión es una decisión inteligente.
¿Si das unos premios a los mejores en lo suyo, por qué no invitarlos, de paso, a presentar una ponencia? ¿Si logras una concurrencia capacitada, profesional e interesada en lo que propones, por qué no ofrecerle, además de canapés y una cierta diversión, alguna ración de sabiduría y conocimiento?
El acto queda mejor y la gente, la del escenario y la de las butacas de patio, más satisfecha. Y todo por el mismo precio… o parecido. Luego a pensar en un nombre original y sugerente y en la guinda del pastel, en este caso, Juan Antonio Corbalán, reputado exjugador del Real Madrid de Baloncesto y diestro conferenciante.
Enhorabuena a los innagrotables de 2017: cooperativa Cobadú (Premio Cristóbal de la Puerta), Aleia Roses (Premio Innovación Agrícola), Kerixara (Premio Innovación Ganadera) y Verdifresh (Premio Visión de Cadena).