El pasado miércoles 29 tuvo lugar en La Central de Callao de Madrid un encuentro entre periodistas que reunió a Iñaki Gabilondo (Cadena Ser), Soledad Gallego-Díaz (El País), Ignacio Escolar (eldiario.es) y Pere Rusiñol (Alternativas Económicas) para hablar del futuro de la profesión. A pesar de que no fuera el periodismo agroalimentario su objetivo, sus reflexiones sin duda interesan a quienes estamos involucrados en este último, ya que los problemas del periodismo actual y los modelos de negocio que se generan en la profesión periodística son comunes a todos los profesionales. Curiosamente, Gabilondo utilizó un símil alimenticio para referirse a la poca credibilidad con la que cuenta el periodismo hoy en día, uno de los puntos clave tratados en el debate junto a la calidad de la información y la adaptación a las nuevas vías de comunicación. Según Gabilondo, igual que desconfiamos del origen de la comida que comemos, desconfiamos, cada vez más, del origen de la información que recibimos.
Moderaba el encuentro Patricia Fernández de Lis (Materia). Comenzó hablando de aquello que desde hace unos años abre toda mesa redonda sobre aspectos sociales y culturales: la crisis económica, que unida al shock digital provoca a su vez una crisis en el periodismo. Habló de números: según el Informe Anual de la Profesión Periodística elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), en 2013 se destruyeron más de 4.000 puestos de trabajo y se cerraron 73 medios, que sumados a las cifras recogidas desde 2008, fecha de inicio de la crisis, constituyen 11.151 puestos perdidos y 284 medios cerrados. Sin embargo, las posibilidades que conlleva Internet, nueva vía de comunicación por excelencia, han favorecido la creación de, al menos, 297 nuevos medios de comunicación. En este panorama de veteranos y “novatos” (“novatos” entre comillas porque muchos de estos nuevos proyectos informativos han sido creados por profesionales con ganas de seguir trabajando hacia el periodismo de calidad), se hace patente la búsqueda de un modelo de negocio que aúne las necesidades de supervivencia de un medio con el desarrollo independiente y de calidad del periodista.
Estas nuevas tecnologías, sin embargo, son a la vez salvador y verdugo. Gabilondo considera que son el fuelle fundamental para la emergencia de los nuevos medios de información, pero que, al mismo tiempo, favorecen un contexto de sobreinformación dañino para la predisposición y la confianza del ciudadano: “En una inundación, lo primero que escasea es el agua potable”. Aboga por la búsqueda de “fuentes de agua potable”, es decir, de referentes de calidad.
Por otro lado, en este entorno donde “la información viaja a la velocidad de un clic”, se rompe con la estructura tradicional del periodismo: hay una nueva vía de comunicación, Internet, donde todo es aparentemente gratis, que se enfrenta a las ediciones impresas de los diarios, revistas, etc. Por su parte, Rusiñol advierte: la “información gratuita” es una ficción. Es necesario que se establezca un compromiso con la información de calidad, sí, pero desde dos frentes: uno por parte del profesional y otro por parte del ciudadano, quien, como consumidor e interesado, tiene el deber de implicarse para con ella.
Ello entronca con la propiedad y las fuentes de financiación de los medios. Para Gabilondo, un medio de comunicación es un proyecto intelectual. Cuando este proyecto tiene un interés económico, el carácter intelectual queda relegado a un segundo plano, a una excusa. En la actualidad, el factor dinero prima en numerosos medios por cuestiones de supervivencia, especialmente en los grandes consorcios mediáticos. Gallego aboga por un periodismo que se financie respetando la independencia de los contenidos: “no es posible hacer buen periodismo de otra manera”. Entra entonces en escena esa búsqueda del modelo de negocio idóneo del que hablábamos antes: uno, quizá, en el que sean los periodistas quienes posean la propiedad del medio y que se financie por los lectores, como sucede en eldiario.es; otro, por ejemplo, la estructura de cooperativa, donde la propiedad queda blindada por los periodistas y cuenta a su vez con inversiones privadas, como es el caso de Alternativas Económicas.
En definitiva: el camino hacia un periodismo independiente y de calidad pasa por un modelo de negocio donde sean los periodistas quienes tengan la propiedad del medio de comunicación. Y siempre, añade Escolar, cuidando la credibilidad de los lectores haciendo gala de transparencia en cuanto al origen de la financiación.
El acto fue grabado y emitido en streming en eldiario.es. A continuación el vídeo.