El periodismo de nuestros días vive tiempos de transición e incertidumbre. Tiempos duros en los que hay que tomar decisiones importantes con el inconveniente de que casi nunca se cuenta con toda la información necesaria, a pesar de vivir en la edad dorada de los informes, las encuestas, las mediciones y las consultorías.
El ciberperiodismo es ya una realidad, pero sobre todo un horizonte. Los medios tienen un pie en el papel y otro en la red sin saber muy bien dónde está el equilibrio pero con la certeza, casi la única certeza e en estos momentos, de que lo que tenga que ser lo será de la mano de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Ahora bien, la cuestión de los plazos, los estilos, los lectores, los ingresos… todo lo importante para sacar un producto atractivo y llegar a fin de mes es una incógnita que plantea verdaderos dolores de cabeza a las empresas editoras. Porque todo ha ido demasiado de prisa. Por un lado, el desarrollo de la tecnología, lo cual ya sabemos que, salvo catástrofes, va a ser una constante; la obsolescencia de soportes, técnicas e ideas está garantizada poco tiempo después de que nazcan. La renovación ha de ser constante y eso implica mucha presión y mucho riesgo.
Por otro lado, la crisis económica ha metido más gas a la combustión. La caída de la publicidad es dramática y los costes de producción tradicionales altísimos, así que Internet aparece como la tabla de salvación, pero, ¿lo es realmente?. Sin duda, lo será; mas a cambio de dejar no pocos cadáveres en el camino. Medios que apostaron muy pronto por la web tuvieron que dar marcha atrás; los que lo hicieron tarde, han perdido posiciones; y los que están en ella como una pose, por estar, porque creen que es lo único que necesitan para mantener el prestigio, deambularán en el limbo ciberespacial hasta quedar suspendidos en él como la chatarra que las grandes potencias mundiales van abandonando a medida que ponen el pie en la Luna, Marte o donde quiera que sea.
La transición al ciberperiodismo requiere cabezas frías, conocimiento, talento, tolerancia al cambio y, cómo no, experiencia en el periodismo tradicional, porque van a desaparecer cabeceras y soportes, estilos y, quizá, géneros, pero el periodismo seguirá ahí porque la sociedad lo necesita. No cualquiera con un ordenador y una conexión a Internet va a poder sustituir a un periodista, como algunos piensan.
Pues bien, en este escenario varias editoriales y medios agroalimentarios llevan ya un tiempo poniendo en marcha sus experiencias, muy tímidas, casi todas; o muy prudentes, si se prefiere. El panorama no ofrece grandes apuestas y ahora acaba de surgir una de las más serias (o a lo mejor la más, aunque eso lo tendrá que ir estableciendo el tiempo).
De lo que no cabe duda es de que el nuevo portal del grupo Europa Agraria (EA) apunta ambicioso. Se presenta como «portal global de información agroalimentaria» y un vistazo a sus secciones y contenidos sirve para comprobar que la vocación existe. No está completo todavía, se ven apartados por desarrollar y otros que aparentar ser, de momento, un ensayo de lo que pretenden, pero la profesionalidad habitual de Europa Agraria se reconoce en la factura.
Es agradable ver esa concepción integral de la agricultura que siempre se defenderá desde esta tribuna, la que va desde la producción al consumo, y que los de EA extienden hasta el turismo en lo que cabe esperar que sea algo más que un guiño. El sector agrario, con algunas excepciones, no cree todavía demasiado en las posibilidades que le ofrece el turismo y es también función de los medios enseñar caminos nuevos.
El portal europaagraria.es apuesta, como no podía ser de otra manera, por la multimedialidad, algo que todavía no han desarrollado mucho la mayoría de los medios digitales, pero se echa en falta una mayor hipertextualidad, otra de las grandes características diferenciadoras del ciberperiodismo. Hay que recordar, no obstante, que estamos ante los primeros pasos de un proyecto que, como se ha dicho, se atisba como ambicioso y definitivo para el panorama de la información agroalimentaria de nuestro país y que cuenta con la firma de una empresa especializada que lleva muchos años ofreciendo al sector muy buena calidad en sus contenidos.
Por último, resaltemos una funcionalidad interesante: la posibilidad de consultar (y descargar) los números editados por las diferentes cabeceras del grupo en formatos prácticos que, en todo caso, en esta primera aproximación que hemos realizado resultan un poco pesados para el ancho de banda que habitualmente ofrecen nuestras compañías telefónicas. La sección ‘Bibliodatos’ también permite la descarga de documentos de de interés sobre distintas temáticas.
Pingback: Otros | Tamara Pérez