Comencé contando un par de anécdotas. La primera protagonizada por un compañero periodista (no especializado) a quien le encargaron un trabajo sobre el fuego bacteriano: su primera llamada fue a los servicios de extinción de incendios forestales (sabía que la cosa iba de árboles).
El fuego bacteriano, como conocerán muchos lectores de este blog, es una enfermedad que lleva de cabeza a un buen número de productores de fruta y a los equipos de sanidad vegetal de empresas e instituciones.
La segunda tuvo lugar en una entrega de premios organizada con el objetivo de promocionar el consumo de vino. El acto, al que se había convocado a la prensa para que levantara acta informativa del evento, terminaba con una cata de los vinos premiados. A ningún organizador se le había ocurrido dejar que los periodistas participaran en la cata. Interrogados estos al respecto, la respuesta fue: “llevamos 10 años asistiendo y nunca nos han dado vino”.
Son, ya digo, dos anécdotas, pero representan dos realidades muy presentes en el día a día de la información y la comunicación agroalimentaria. La primera es consecuencia de la falta de periodistas especializados, lo que hace que en muchos medios las informaciones del sector sean elaboradas por otros que habitualmente se ocupan de asuntos distintos o dispares. La segunda es un ejemplo de mala comunicación (¿cómo diantres van a hablar -sabiendo lo que dicen- de unos vinos quienes no han tenido la opción de probarlos?). De casos similares y contrarios hemos escrito antes en este blog.
Claro, si faltan periodistas agroalimentarios, no es extraño que en los medios se traten poco o deficientemente las cuestiones del sector agroalimentario. Y si no hay estrategias de comunicación agroalimentaria lo suficientemente bien planteadas, difícilmente penetrarán los mensajes del sector en los medios.
El resultado de esta doble falta lo conocen de sobra muchos profesionales del agro y de la industria alimentaria: falta de proyección y valoración social de su profesión, implantación de estereotipos (agricultores llorones), profusión de mensajes negativos (“la industria nos envenena”) …En definitiva: desconexión del sector con los medios y con la sociedad y todo lo que ello supone.
Así las cosas, cuando hay una crisis llega la tormenta perfecta -así lo dije también-, porque no hay recursos en la prensa para informar bien sobre ella (periodistas especializados con fuentes solventes y fidedignas) ni habilidades en las empresas para gestionarla hasta donde se deje gestionar.
Formación en comunicación agroalimentaria
El análisis anterior lo hemos hecho muchas veces en la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España (APAE) y desde hace un par de años estamos comprometidos con la solución del problema. Nuestra fórmula: formación. Nada nuevo.
Nos ha llevado tiempo, pero al final hemos diseñado un curso de posgrado en comunicación agroalimentaria y hemos encontrado en la Universidad San Jorge un socio dispuesto a impartirlo. Esto sí que es nuevo, porque no existe ninguno en nuestro país.
Lo hemos hecho porque consideramos urgente ya la formación de periodistas especializados y porque también estimamos muy conveniente que las empresas y las organizaciones del sector mejoren su comunicación. Pero hay otra razón que los jóvenes periodistas que salen de las facultades no se imaginan: en el sector agroalimentario hay oportunidades de trabajo.
Es una obviedad, pero si hay pocos periodistas especializados en información agroalimentaria también habrá poca competencia en este campo (como de hecho ocurre); y si el sector mejora su comunicación demandará profesionales que sepan de esto (como también ocurre ya).
Así que ahí esta nuestro posgrado. En APAE poco más podemos hacer, aunque no dejaremos de empujar. Pero ahora es el sector el que tiene la palabra. Mantener el Título de Experto Universitario en Comunicación Agroalimentaria no costará mucho, pero requiere compromiso, ayuda y soporte por parte de los beneficiarios finales, que no son los alumnos formados, sino los que habrán de mejorar su estatus gracias a la existencia de más y mejores informaciones agroalimentarias.
Estamos hablando de hacer funcionar mejor el canal que une a agricultores y ganaderos, a industrias alimentarias y a empresas de servicios con el resto de la sociedad. En ese canal ahora hay periodistas enamorados del sector agrario porque en buena parte provienen de él, pero a la siguiente generación de periodistas será el sector el que tendrá que enamorarla… con estrategias de comunicación.
Todo esto dije cuando presentamos el título en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Mañana lo presentamos en el Caixa Fórum de Zaragoza. Estáis invitados.
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