Crisis alimentarias como la de las vacas locas o la del pepino han costado mucho dinero a los respectivos productores. No son las únicas, ha habido otras y las seguirá habiendo. El foco está puesto sobre el sector, que probablemente se sienta ahora más vigilado y vulnerable que nunca. Es normal, las crisis siempre dejan un poso, un estado de alarma latente que hace mantener la guardia alta a todo el mundo y que, a la postre, ejerce de catalizador de la siguiente crisis, porque una crisis casi siempre se levanta sobre otra anterior o se alimenta de ella.
Las crisis alimentarias suelen ser las más graves, lo cual también es natural, porque se trata de lo que la gente se lleva a la boca, de lo que da de comer a sus hijos, y eso pone en marcha todas las sirenas a la más mínima señal, independientemente de lo justificada que esté o no la alarma. Son, por ello, de las que más preocupan también a las autoridades, provocando no pocos cambios, además de en los hábitos de consumo, en leyes y normativas.
Por estas y otras razones, la previsión de posibles crisis alimentarias y la gestión, en su caso, de las que se produzcan, es una cuestión de capital importancia. Y es en este capítulo donde los medios de comunicación y los periodistas juegan un papel fundamental. Gestionar adecuadamente, o lo más adecuadamente posible, una situación de alarma y gran estrépito en la opinión pública no es fácil, pero se puede hacer y da buenos resultados.
La crisis de la gripe porcina amenzaba con provocar serios problemas a los criadores de cerdos cuando, gracias a la buena gestión comunicativa que se llevó a cabo, los medios comenzaron a denominarla gripe A. Sólo con esa medida todo el mundo pudo respirar más tranquilo. Aquello demostró, contrariamente a lo que algunos piensan, que los periodistas también colaboran en la solución de las crisis. Informan de ellas porque es su obligación y porque el ciudadano tiene un derecho fundamental que es el de la información y que los medios gestionan en buena parte.
De todas estas cosas se habla en el taller on-line sobre «Comunicación de crisis alimentarias» que la empresa Agrogestiic ha programado y que estará disponible para los usuarios de la red a partir del próximo día 22 de febrero. El taller se complementa con un caso práctico y una tutoría en directo el día 29 de febrero. Para abril está previsto otro taller sobre «Empresa y medios de comunicación».
La alimentación tiene también su lado dramático y es necesario aprender a convivir con él y conducirlo de la mejor manera posible.
Pues puede ser muy interesante el taller, y más en estos tiempos que corren, que con tanta automatización ya no sabemos ni de qué estan hechos los alimentos que comemos y conviene estar preparado frente a una crisis alimentaria.
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Saludos, Xavier. Lo cierto es que, a pesar de todo lo que ocurre en torno a la alimentación, lo que comemos hoy en día es altamente seguro, pero no al 100%, evidentemente. El riesgo cero no existe y cualquiera puede ser víctima de un error o de un fraude, incluidos los productores, por eso el consumidor debe estar bien informado y el productor preparado para gestionar una eventual crisis.