Esa incertidumbre llamada periodismo digital (1). ¿A quién le toca ser el burro?

Como todo el mundo sabe, el periodismo atraviesa una profunda y terrible crisis. La mayoría de los medios de comunicación ajustan sus plantillas mientras otros directamente bajan la persiana. Los sueldos han sido sometidos, en algunos casos, a un ajuste extremo y las alarmas suenan escandalosamente al tiempo que en las filas del desempleo se juntan los despedidos con los nuevos titulados que las facultades producen casi industrialmente. En este escenario, el Congreso de Periodismo Digital que anualmente se celebra en Huesca aparece como una luz en la cerrada niebla.

Los que allí estuvimos hace unos días no salimos con buena cara, pero no por la calidad del evento, de la que confieso que tuve dudas al principio pero me satisfizo altamente al final. Más bien por las conclusiones a las que ineludiblemente llegamos después del desfile de ponentes y la radiografía de proyectos e iniciativas que presenciamos. Evidentemente no todos coincidiremos, pero una pregunta flotaba en el aire primaveral del estupendo palacio de congresos oscense cuando la segunda jornada terminaba: ¿de verdad el periodismo digital es la solución?

Lo había dicho la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González, en la inauguración: “la solución está en la red”. Claro que no dijo en el periodismo digital, sino en la red, lo que puede remitirnos al primero (seguro que ese era el sentido de sus palabras) pero también dejarnos fuera de él (sentido que yo quiero introducir). Es decir, todos acabaremos en red, pero, ¿haciendo periodismo? Para saberlo, en primer lugar habría que averiguar qué va a ser de él.

Elsa González
Elsa González, presidenta de FAPE

¿Asistimos al ocaso del periodismo?

Esta es la pregunta con que me fui a la cama el primer día del congreso. Evidentemente hay que entender en este punto que me refiero al periodismo tal y como hoy lo conocemos. Algo que probablemente se llamará periodismo existirá en el futuro, pero mi duda es si lo reconoceríamos como tal si ahora nos lo pusieran delante de los ojos.

Casi todo el mundo está de acuerdo en que los diarios en papel tienen la suerte echada, en que las nuevas tecnologías seguirán cambiando las formas de producción y consumo de la información y en que los medios y periodistas tendrán que adaptarse a un entorno que ahora identificamos como la Red y en el que se encuentra el futuro. De acuerdo con esta visión, estamos inmersos en un claro periodo de transición de un modelo prácticamente periclitado a otro que, este es el problema, todavía está por descubrir.

Pero el problema podría ser más grave. Es posible que no estemos en un simple proceso de transición, sino en la cresta de la ola de una revolución. Transición y revolución son términos compatibles, no lo niego, pero me quedo con el segundo porque el primero podría no expresar claramente la rapidez, la profundidad y la violencia del cambio que se está produciendo.

La máquina de vapor acabó con las caballerías y si hoy queremos ver un burro tenemos que viajar hasta Mijas o hacernos de una ONG. Así son las revoluciones, y yo me pregunto quién hará el papel de burro en esta revolución nuestra: ¿será el periodismo? Internet no está entrando mediante una transición tranquila, sino a sangre y fuego; y en la Red está la solución, sí, pero no para los burros de la revolución que ella misma promueve, esos caerán.

Más de 400 congresistas participaron en las dos jornadas.

Revisemos el papel de los periodistas

Si el congreso de periodismo digital no me enganchó en los primeros momentos fue porque tuvo exceso de buenas palabras, alabanzas al periodismo de raza, autocomplacencia, romanticismo y lugares comunes en los que consolarse. Uno de ellos es ese que reza el periodismo siempre será necesario… la sociedad necesita a los periodistassin periodismo no hay democracia. De verdad que a mí también me gusta creer eso, pero si hago un análisis crítico sobre la importancia del periodismo de hoy en día (y ojalá me equivoque en esto) me sale lo siguiente:

  1. El periodismo es importante cuando el acceso a la información no es fácil. Hubo un tiempo en que el periodista prácticamente era el único eslabón entre los ciudadanos y la información que les aportaba conocimiento y libertad. Esta relación, con las nuevas tecnologías, ha saltado por los aires; el acceso a la información es hoy más fácil que nunca. Se dirá que en internet hay mucho ruido y que es necesario beber de fuentes fiables y eso es cierto, pero también lo es que hay muchas fuentes fiables (no periodísticas) y que la fiabilidad del periodismo está en uno de sus momentos más bajos.
  2. El periodismo es importante cuando la libertad de expresión está en juego. Cierto, y sin los periodistas nadie hubiera garantizado esa libertad en algunos momentos. Pero solo hace falta echar un vistazo a las redes sociales, los blogs y tantas otras manifestaciones de la comunicación 2.0 para comprobar que nunca antes ha sido tan fácil y libre expresarse públicamente.
  3. El periodismo es importante para distribuir la información. Hubo un tiempo en que esta distribución era técnicamente compleja y económicamente inaccesible para la mayoría de los ciudadanos. Solo el periodismo (a través de sus estructuras empresariales) podía dar respuesta al reto de la distribución, pero Internet también ha dinamitado esto. El blog que contiene esta entrada está hecho con una herramienta gratuita que no precisa de grandes conocimientos técnicos y que puede llevarla a los confines del mundo solo apretando un botón. Distribuir un programa de radio o un documental televisivo es, asimismo, infinitamente más sencillo que hace una docena de años.
  4. El periodismo es importante para interpretar la realidad. Así fue durante mucho tiempo, cuando el nivel cultural de la población era bajo y la gente a duras penas podía darle un sentido a los acontecimientos de los que era testigo. En este caso no ha sido la red, sino las universidades (y los propios medios de comunicación) los que nos han espabilado hasta el punto de ponernos en condiciones de entender el mundo que nos rodea y sacar nuestras propias conclusiones. Por otro lado, la interpretación que ofrecen en la actualidad los medios tradicionales es tan sesgada…
  5. El periodismo es importante como contrapoder. ¡Ay!… esta es la parte más dolorosa. Puede que lo haya sido y que todavía, a instantes, lo sea. Pero la percepción generalizada entre el público (y entre muchos profesionales) es que los medios se han aliado escandalosamente con el poder. Ya no son garantes de la transparencia y los usos democráticos, sino, muy al contrario, correas de transmisión de las obscenidades de unos u otros aparatos de dominación. En este caso, Internet no tiene ninguna culpa, pero ahí está, recogiendo al público que va desertando del viejo periodismo. Recordemos, también, que las mayores aportaciones que se han hecho últimamente para amortiguar la pisada inmisericorde del poder han venido de Wikileaks, y no se puede reprochar nada a quienes se preguntan si esto es periodismo.

En definitiva, si el periodismo ya no es imprescindible para informarse o garantizar la libertad de expresión ni las empresas periodísticas para distribuir información, si la prensa cada vez es menos requerida para explicar la realidad y los periodistas ya no son percibidos como adalides de las libertades… ¿qué será del periodismo dentro de un par de minutos o poco más?

La solución está en la Red, estamos de acuerdo, porque todo va a estar en la red salvo que Silicon Valley nos sorprenda con otro invento que funda las redes antes de que nos instalemos definitivamente en ellas. Pero la cuestión es: ¿el periodismo –tal y como lo conocemos- va a estar en la red?, ¿va a ser realmente una alternativa profesional clara?

Hubiera sido pedirle mucho al XV Congreso de Periodismo Digital de Huesca si le hubiéramos exigido una respuesta clara a estas cuestiónes, pero, como el buen evento que es, no dejó de aportar información muy valiosa para que cada uno vaya buscando su solución (digital o no) en el periodismo o lo que quede de él.

Cartel XV Congreso de Periodismo Digital

Fotografías cedidas por la organización del XV Congreso de Periodismo Digital

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1 comentario en “Esa incertidumbre llamada periodismo digital (1). ¿A quién le toca ser el burro?”

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